Las Campañas por la Libertad
Los riobambeños asentados en el nuevo sitio (luego del terremoto de 1797) comenzaron a reedificar la villa y a darle otra vez la conformación social y urbana, con criterio un tanto más moderno, con calles más anchas y con una ordenada distribución de los espacios para las instituciones civiles y religiosas. JOSE ANTONIO LIZARZABURU fue el principal animador de estos trabajos, con el apoyo del BARON DE CARONDELET (se conoce una serie de cartas del Presidente de la Real Audiencia al patriota riobambeño hasta el 1806).
En estas tareas se encontraban los habitantes de Riobamba cuando llegó ALEJANDRO DE HUMBOLT en 1802 para realizar la hazaña, con Carlos Montufar y Amadeo Bonpland, de ascender a la altura de 5870 metros sobre la montaña más bella del Ecuador, el CHIMBORAZO, montaña que será visitada y estudiada por todos los científicos que han llegado al Ecuador, desde los Geodésicos del siglo 18 hasta Teodoro Wolf y otros en épocas más recientes. También el colombiano José de Caldas visitó a comienzos del siglo anterior nuestra región en la búsqueda de ejemplares botánicos.
Por el mismo tiempo, un levantamiento indígena de grandes proporciones sacudió al territorio de la Audiencia en 1803, se engendró en Columbe y Guamote, al mando de JULIAN QUITO y de LORENZA AVEMAÑAY.
En acciones como estas se ocupaban los caballeros riobambeños mientras se gestaban los primeros pasos de emancipación de esta PATRIA que había sido concebida por Velasco, Maldonado y Espejo en el siglo anterior.
El patriotismo tuvo muchos seguidores en el centro del País.
Desde que se conoció el pronunciamiento del 10 de Agosto, hay una adhesión del Cabildo; y son riobambeños, o descendientes de riobambeños, algunos de los propulsores y combatientes en estas luchas que se prolongaron en su primera etapa hasta 1812.
Uno de los personajes que se incluyen siempre en la lista de los factores del 10 de Agosto de 1809 es el riobambeño Don JUAN DE LARREA Y VILLAVICENCIO, uno de los numerosos hermanos Larrea de finales del siglo anterior. Algunos confunden los hechos y cuentan a Juan de Larrea entre las víctimas del 2 de Agosto, cuando en realidad se trata de otro personaje, el Teniente JUAN LARREA Y GUERRERO, vástago también de familias riobambeñas.
Su participación en las gestas libertarias se inicia desde su incorporación a la ESCUELA DE LA CONCORDIA de su amigo Espejo, y se concreta en las reuniones realizadas en LOS CHILLOS el 25 de diciembre de 1808, en la casa de MANUELA CAÑIZARES el 9 de Agosto de 1809, en la constitución de la Primera JUNTA SUPREMA DE GOBIERNO EL 16 DE Agosto, en la que es designado Ministro Secretario de Hacienda, en la segunda JUNTA DE GOBIERNO de 1810 como representante de uno de los barrios de Quito. En septiembre de 1810 es nombrado Corregidor de Ambato; y se le propuso el encargo de reorientar la actividad académica en la Universidad de Santo Tomás.
Inmediatamente después de la proclamación de Quito, el Cabildo riobambeño, presidido por el Corregidor JAVIER MONTUFAR Y LARREA, hijo del Marqués de Selva Alegre (e integrado por: Fernando Velasco, Mariano Dávalos, Jorge de Ricaurte, Martín Chiriboga León, José Albear y el Escribano Baltasar Paredes), se adhiere al movimiento con fecha 13 de agosto, JUAN BERNARDO DE LEON, amigo íntimo de los Montúfar, los cuales estaban emparentados con los Larrea de Riobamba, recibe el encargo de defender la causa en esa Provincia.
El Corregidor Montúfar tuvo que actuar con mano fuerte contra algunos realistas como Ramón Salazar, Ramón Puyol, Jorge de Ricaurte y su esposa, hermana de Pedro Calisto. Dos sacerdotes, el cura de Cicalpa Fray Vicente Estrella y el de San Andrés, Teodoro Navarrete, deben dejar sus parroquias; este último buscó refugio en Cuenca.
Pero los realistas también se mueven. Para septiembre de 1809, las tropas del General MANUEL ARREDONDO avanzan a Riobamba para iniciar allí la contrarevolcuión; Pedro Calisto, miembro del Cabildo de Quito y opuesto a la causa emancipadora, logra maniobrar en los del Cabildo de Riobamba y los convence.
Desde l 8 de septiembre este Cabildo es reaccionario; el Corregidor Montúfar escapa de ser linchado; suerte igual le toca al Corregidor de Guaranda, José Larrea y Villavicencio. Calisto toma a la fuerza varios miles de pesos a los Doctores Francisco de Aguilar y Tomás de Hacha.
El doctor José Fernández Salvador es nombrado Corregidor interino de Riobamba por Don Manuel Urriez, CONDE RUIZ DE CASTILLA, restituido a la Presidencia de Quito mediante un pacto que fue incumplido por él.
En el fervor de esos días, el Cabildo establece en la villa, en diciembre del 1809, una escuela de primeras letras, que luego tuvo que ser abandonada.
Parecía que el fuego de los protagonistas del Primer Grito se estaba apagando. El 4 de diciembre de ese mismo año, buen número de los implicados en los hechos de agosto son conducidos a la cárcel; otros más son apresados en marzo de 1810.
Todos conocemos de la masacre del 2 de Agosto de ese año. Entre los mártires, nos toca consagrar dos nombre; el Teniente Juan Larrea y Guerrero, al que hemos aludido, y que es asesinado en presencia de su esposa, Isabel Bou; y Antonio Peña Zárate, hijo de Nicolás de la Peña y bisnieto de Pedro Vicente Maldonado.
Los dos amigos habían estado en una acción de armas en Alausí el año anterior, contra los realistas.
La llegada dl Comisionado Regio, Coronel carlos Montufar y Larrea, modificó la situación de angustia y pesimismo que siguió a la matanza del 2 de Agosto.
Carlos Montúfar también estaba emparentado con familias de Riobamba, por su madre, Doña Teresa de Larrea y Villavicencio, esposa del segundo Marqués de Selva Alegre, que había presidido la primera Junta Suprema de Gobierno de Quito.
En las elecciones para diputados a las Cortes de Cádiz en 1809, por el distrito de Riobamba había sido elegido Carlos Montúfar, el joven que siete años antes, después de su ascensión al Chimborazo había viajado a España a continuar sus estudios. (Su hermano Javier fue corregidor de Riobamba hasta fines de 1809)
Para diciembre de 1810, todas las tropas del ejército revolucionario al mando de Montúfar están concentradas en Riobamba.
El Comandante Joaquín Zaldumbide está al frente de la caballería. El Coronel Montúfar persigue a los realistas comandados por Arredondo hasta Alausí y los vence. Más tarde, se moviliza entre Ambato y Riobamba, hasta que en enero de 1811, las tropas se proponen impedir el avance de Arredondo, atrincherado en Guaranda. Lo consiguen, pues el general español se aleja a Guayaquil a buscar refuerzos.
Las luchas continúan en ese año, sin decidirse a favor de ninguno de los bandos. En reconocimiento a esta contribución de Riobamba a la buena causa, la Junta de Gobierno presidida por el Obispo JOSE CUERO Y CAICEDO, le concede, el 11 de noviembre de 1811, el título de CIUDAD que tantas veces había reclamado. ( Con la derrota de los patriotas y el restablecimiento total del gobierno español, se desconoció ese título, y los riobambeños se vieron obligados a volver a ser simplemente una villa.
El 16 de diciembre, el Cabildo promueve una asamblea de vecinos, en la que se elige como Gobernador Político y Presidente de la Ciudad a Don JUAN BERNARDO DE LEON, designación confirmada luego por l Congreso Provincial del reino de Quito y por la Junta Suprema. También en asamblea popular se designaron diputados para este primer congreso provincial que se reunió en la capital del 4 de diciembre de 1811 al 15 de febrero del año siguiente, en que se dictó una Carta Política que no tuvo aplicación.
Después de algunos encuentros no del todo favorables a la revolución, se producen cambios en el mando militar; las tropas salen de Quito con dirección a Cuenca en abril de 1812, bajo órdenes dl teniente Coronel Francisco Calderón. Al paso por Riobamba, en donde están congregados muchos miembros de la Suprema Diputación de Guerra, las tropas de Calderón reciben el apoyo de los patriotas. En junio de ese mismo año l Comandante Feliciano Checa envía desde Riobamba refuerzos para el Coronel Antonio Ante que en Guaranda trataba de impedir la llegada del General Toribio Montes que venía de Guayaquil. Entre tanto, se han producido algunos combates en Paredones y Verdeloma en las cercanías de Cuenca pero por desavenencias entre los jefes, los combatientes no continúan la lucha contra Juan Sámano y Melchor Aymerich que se han hecho fuertes en esa ciudad. En estas acciones de guerra se distinguen algunos riobambeños como Estanislao Zambrano y Monteserín y el General Ramón Chiriboga.
Montes conduce su ejército hacia el norte después de recibir refuerzos de las tropas de Sámano y Aymerich que salieron de Cuenca. Con esa poderosa milicia llega Montes a San Andrés y avanza a Mocha, en donde en septiembre de 1812 se produce la derrota del ejercito patriota, a pesar de la valentía demostrada por algunos oficiales como el riobambeño Ramón Chiriboga, que estuvieron muy cerca de cambiar el resultado de esa acción que significó el principio del fin de este primer intento de llegar a la Independencia.
Las fuerzas de Montúfar se repliegan hacia Quito en donde no se detienen y continúan hasta San Antonio de Ibarra; allí son derrotadas nueva y definitivamente por Juan Sámano; en esta batalla actuó también el valiente General Chiriboga, quien se refugió luego en Colombia para proseguir la lucha, lo mismo que Carlos Montúfar, al que asesinaron al año siguiente en Buga.
Chiriboga sobrevivió y pudo ver coronada la libertad en Pichincha, en cuya acción intervino, para luego ser nombrado Comandante Militar de la Plaza de Quito.
La victoria realista significó un desastre de venganzas en contra de los patriotas. En enero de 1813 encontramos en Riobamba, desterrado por Montes, al doctor Salvador Murgueitio, actor de los hechos de agosto de 1809, cuya esposa de apellido Zambrano y Monteserín era riobambeña. Atestiguan de su buen comportamiento los superiores de las órdenes religiosas, el Vicario-Juez Eclesiástico y algunas autoridades. Don MARTIN CHIRIBOGA Y LEON, que desde el Cabildo había prestado servicios a los realistas, es pagado con el cargo de Corregido, que conservará hasta 1822.
La persecución a los principales implicados en las Juntas Supremas de Quito es terrible. El sanguinario General Toribio Montes ordena al Corregidor de Riobamba que persiga a JUAN PIO MONTUFAR (que renunciaría al marquesado de Selva Alegre antes de su muerte), confinado a Loja, y que si se resiste le aplique un par de grillos…
Entre las víctimas de los horrores cometidos como represalias por hombres viles (Montes y Sámano) hay que mencionar a Don NICOLAS DE LA PEÑA MALDONADO, quiteño pero muy grato a la memoria de los riobambeños por ser el nieto de Pedro Vicente Maldonado. La hija del sabio, JUANA, se había casado con el General español Manuel Díez de la Peña. El hijo de ellos, Nicolás demostró un fervor patriótico a veces irrefrenable y turbulento. Estuvo en todas las acciones y soportó todas las iniquidades, juntamente son su esposa, ROSA ZARATE, natural de Tumaco. Vieron morir a su hijo Antonio el 2 de Agosto, y continuaron en la lucha hasta el fin, del lado de los “Sanchistas”. Después del último desastre de Ibarra, se escapaban por las selvas de Malbucho hacia Buenaventura. Los apresaron en Tumaco, los fusilaron el 17 de julio de 1813, y enviaron en unos cajones sus cabezas a Quito, a pedido de Toribio Montes. A los 70 años del titánico esfuerzo hecho por Maldonado para introducir la cultura, la paz y la civilización en esas tierras que pertenecían al Gobierno de Esmeraldas, sus nietos Nicolás y Rosa bañan con sangre esas mismas tierras. Se cuenta que la esposa, una heroína de la que poco se habla, dirigiéndose a Nicolás en los momentos supremos, le dijo: “Un patriota no tiembla ante la muerte”. (En contraposición, hay otro miembro de la familia Maldonado, Rafael, bisnieto de Ramón Joaquín, comprometido totalmente con la causa realista en esos mismos años: ¡destinos de la vida!).
Al restablecerse el “orden”, el corregidor Chiriboga con otros miembros del Cabildo, se empeña en cambiar la imagen de Riobamba, en donde los adictos a la causa libertaria tienen que esconderse o escapar. Se hace gala de fidelidad al rey, y así se informa a la Audiencia y al mismo Monarca, Fernando VII, el cual recompensa esa “devoción” a la causa española, el 16 de diciembre de 1817 con el título de “NOBLE, FIEL Y LEAL”.
Pero pasaron esos penosos años. La llama de la libertad no se había extinguido. Guayaquil dio el 9 de Octubre de 1820 el paso decisivo al proclamar su Independencia. El pueblo riobambeño siguió ese ejemplo el ONCE DE NOVIEMBRE. Designó como Jefe Civil y Militar a Don JUAN BERNARDO DE LEON, en tanto que el Corregidor Chiriboga se refugiaba en Yaruquíes. Hubo participación popular y se ha conservado reverentemente la memoria de un personaje al que se denomina EL CHOLO VIRREY. Y si bien este nuevo intento de ser libres fue efímero pues a los pocos días se reinstauraba el régimen español luego de la derrota de los patriotas en HUACHI el 22 de noviembre, se trató de una contribución valiosa para la causa separatista.
Luego de este revés, la actuación del Comandante PAYOL, que estableció su cuartel general en las casa del convento Santo Domingo, es una de las manchas más negras de la historia de la dominación peninsular en nuestro medio. (Bartolomé Donoso, el CONTINUADOR DE ASCARAY, es el que relata la serie de atrocidades cometidas por el tal Payol, que encontró su muerte en el segundo combate de Huachi). Todo ello sucedió a pesar del indulto concedido por Chiriboga el 16 de diciembre de 1820.
Los españoles vuelven a enseñorearse de la situación. El General Melchor Aymerich concentra sus tropas en Riobamba, en donde se prepara para derrotar otra vez a los patriotas en Huachi el 12 de septiembre de 1821. Y para octubre, TOLRA acantona sus tropas en nuestra ciudad para evitar cualquier movimiento contrario a la causa del Rey. También desde Riobamba, Aymerich firma los decretos concernientes a la reforma de la Universidad de Quito.
Hubo que esperar más de un año después de la Declaración de Independencia del 11 de Noviembre para que la situación evolucionara favorablemente.
El Ejercito Libertador al mando de Sucre, marchando desde el sur, dio en Riobamba una batalla a las tropas realistas. La trascendencia de la vitoria obtenida en la ciudad y en los llanos circundantes el 21 de Abril de 1822 fue puesta de relieve por sus mismos actores. Sucre, Lavalle, Ibarra, Santacruz y otros informaron sobre la importancia de este hecho militar, en el que la intervención de la caballería fue decisiva. Este triunfo se consideró como el antecedente necesario para la batalla final llevada a cabo un mes después en las faldas del Pichincha el 24 de Mayo. El Libertador Bolívar así lo reconoció y dispuso que los miembros dl Batallón de Granaderos Montados del Perú llevaran el sobrenombre de GRANADEROS DE RIOBAMBA y la insignia EL PERU AL HEROICO VALOR EN RIOBAMBA. Sucre ocupó la plaza el día siguiente de su éxito militar. El 28 nombró a León de Febres Cordero como primer Jefe Civil y Militar de Chimborazo. Y Sucre fue el que convocó a la constitución del Primer Cabildo de Riobamba independiente, que el 30 de Abril designó como Alcalde de Primero y Segundo Voto a Ignacio José de Lizarzaburu (hijo del fundador de la nueva villa) y a Melchor Freire.
Tomado del libro: Riobamba en el Centro de la Historia Ecuatoriana
Autor: Dr. Carlos Ortiz Arellano
Colección: Luciérnaga No. 9
Riobamba 1992
Fotos: @gcamelos
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