El uso de pirotecnia puede acarrear daños severos a niños. Atenciones por quemaduras han bajado, pero médicos instan a estar alertas
La manipulación de pirotecnia ocasionó que un joven de 15 años sufriera la amputación traumática de parte del dedo pulgar y la afectación del dedo índice en una mano.
Este caso se presentó en la emergencia del hospital Roberto Gilbert este 2021. Ahora personal médico busca concienciar a los padres y cuidadores de niños para evitar que estos puedan perder parte de sus extremidades o sufran lesiones por manipulación de estos artefactos explosivos.
Según las estadísticas que maneja el hospital Roberto Gilbert, desde el 2011 hasta el 2018 se registraron quince pacientes promedio por año, entre atenciones ambulatorias y hospitalizaciones por lesiones y quemaduras ocasionadas por pirotecnia. 2012 fue el año en que más se registraron pacientes, un total de 38 menores con lesiones y quemaduras por este tipo de material explosivo.
Sin embargo, los tres últimos años se reporta un menor número de casos. Por ejemplo, en el 2019 fueron ocho los atendidos por quemaduras y lesiones, en el 2020 fueron 6 y en lo que va de este año se reportó uno.
Médicos del hospital Roberto Gilbert esperan que en estos últimos días del año e inicios del 2022 no haya más niños afectados con estos materiales explosivos.
La doctora Ana Soria, jefa de la Unidad de Quemados del hospital del Niño Roberto Gilbert de la Junta de Beneficencia, comentó que según la estadística, los adolescentes entre 10 y 13 años son los más afectados en estos casos.
Agregó que la manipulación de estos explosivos puede causar lesiones profundas que afectan las manos, rostro y miembros inferiores.
“En años anteriores hemos tenido casos muy lamentables, la amputación de manos, dedos, que no solo ocasionan secuelas físicas, también hay muchas secuelas psicológicas tanto en el paciente como en su familia”, comentó.
El médico pediatra Vladimir Vélez, quien trabajó por más de cinco años en la emergencia del hospital Francisco de Ycaza Bustamante, detalló que las lesiones con mayor frecuencia son en las manos y dedos con el 75 %; en la cara y ojos, del 25 % al 30 %.
También se dan lesiones en los genitales y en las piernas por juegos pirotécnicos guardados en los bolsillos o por impactos secundarios de cohetes, camaretas, petardos.
La doctora Soria advirtió que ningún tipo de pirotecnia es inofensiva, por ello es preferible evitar cualquier artefacto explosivo. “Lo mejor que se debe hacer es no comprarlos ni manipularlos. Si observa la quema del monigote o encendido de estos artefactos, debe guardar al menos 400 metros de distancia, y en el caso de sufrir una quemadura, debe acudir directamente al hospital para su valoración y atención profesional”, aconsejó.
En tanto que Vélez añadió que jamás se deben guardar camaretas o petardos en los bolsillos ni arrojarlos cerca de la cocina, tomacorrientes o combustibles de automotores, ya que pueden causar incendios, pérdidas humanas y materiales.
“Recordemos que en la Bahía tuvimos uno de los incendios más grandes a causa de explosivos en Sudamérica. Hay que enseñarles a los niños lo peligrosa que es la pólvora y todo tipo de explosivos, que ya cuando estos se prenden son incontrolables y por más que parezcan que están apagados en el piso si eso explota no hay vuelta atrás”, dijo el doctor Vélez.
Tipos de explosivos
El médico pediatra Vladimir Vélez explicó que todos los juegos pirotécnicos son peligrosos. Por ejemplo, los que tienen posibilidad de explosión. “Las camaretas, los tumbacasas, los que tienen esa forma de metralletas, silbadores, mucho cuidado”, alertó.
Agregó que a los niños tampoco se les puede permitir la manipulación de diablillos. “En cuidados intensivos me tocó atender a niños que habían ingerido este producto fosforado, el diablillo, que al ingerirlo causa severos daños en el tubo digestivo, perforándolo, e incluso causándole la muerte”, recordó.
Si se provoca una quemadura
El pediatra Vladimir Vélez indicó que si se produce una quemadura grave, hay que retirar la ropa con cuidado, colocar agua a temperatura ambiente en la lesión, de 15 a 20 minutos, y trasladarlo a un hospital.
“Los niños son los más afectados porque en un descuido pueden acercarse y ser impactados con estos artefactos, es mejor prevenir, son muy peligrosos”, alertó. (I)
Tomado de El Universo – Foto: El Universo