El anuncio de reabrir frontera con Colombia crea expectativa en transportistas, pero inquietud en comercios de Tulcán

Tulcán

Desde el 1 de diciembre se retoma actividad en la frontera norte.

El pronunciamiento conjunto de los presidentes de Colombia, Iván Duque, y de Ecuador, Guillermo Lasso, relacionado con la reapertura de las fronteras entre ambos países genera criterios divididos en la frontera.

Cerradas desde marzo del 2020, las fronteras se abrirán el 1 de diciembre. Ese fue uno de los acuerdos a los que llegaron los mandatarios en una reunión que incluyó delegaciones de ambos países, desarrollada -el domingo- en el Palacio de Carondelet, en Quito.

Los sectores de restaurantes, hoteles y comercio manifiestan su preocupación por esa decisión, pues consideran que el diferencial cambiario del dólar frente al peso colombiano vuelve atractivos los consumos en las ciudades fronterizas de Ipiales y Pasto, en Colombia, ubicadas a 10 y 70 minutos del puente internacional de Rumichaca, respectivamente.

En cambio, la transportación estaría a favor de la reapertura al considerar que reactivaría el taxismo, el transporte de carga internacional y la transportación de pasajeros extranjeros desde la terminal terrestre de la capital carchense hacia el interior del país.

Patricio Rodríguez, presidente de la Asociación de Transporte Pesado del Carchi, que agrupa a 1.000 camioneros, viene sugiriendo que la reapertura sea total para ese sector, que debe cambiar de tripulantes colombianos cuando ingresan las unidades al vecino país.

El dirigente coincide con otros actores económicos y productivos de la frontera en que para el paso de vehículos livianos por el ducto internacional debería aplicarse el sistema Pico y Placa.

Taxistas y dueños de furgonetas que ofertan el servicio Tulcán-Rumichaca y viceversa aseguran que llevan 20 meses sin trabajar y ven como positiva la reapertura anunciada por las autoridades de ambos países.

Un catastro de Rentas municipal determina que en los últimos meses se activaron 400 patentes que corresponden a igual número de emprendimientos, especialmente en servicios gastronómicos que ofertan una gran diversidad de comida nacional e internacional.

Christian Benavides, alcalde de Tulcán, advierte que la medida sorpresiva anunciada por los mandatarios podría afectar a varios sectores y comenta que aspira a que en las próximas horas se pueda tener reuniones con cámaras, gremios y asociaciones para conocer cuál es su sentir frente a esta decisión.

El funcionario está inquieto porque las estadísticas sobre nuevos rebrotes de COVID-19 en Colombia son altas y cree que al estar viva todavía la pandemia debería tomarse con mucha responsabilidad el tema sanitario.

“Que Dios nos agarre confesados”, dice la autoridad fronteriza, quien dispuso trabajar inmediatamente en una campaña denominada “Consume primero aquí”, que busca visibilizar las rutas gastrodiversas, comerciales y emprendimientos tulcaneños.

Según el presidente Iván Duque, será una reapertura ordenada, estructurada y bien focalizada para seguir manteniendo entre los dos países todos los controles epidemiológicos que garanticen la seguridad de los ciudadanos.

Varios actores económicos sostienen que la reapertura debe autorizarse para enero del 2022, porque diciembre es una gran oportunidad económica. Creen que abrir la frontera será la crónica para los negocios de Tulcán.

Genari Pozo, presidente del Colectivo Reactivación 04, que viene impulsando una reapertura paulatina y ordenada, dice que el anuncio los coge desprevenidos porque se repetirán las avalanchas de carros que vienen desde varias ciudades ecuatorianas en diciembre en tour de compras hacia Ipiales y Pasto.

“Si la reapertura es total será un fracaso y generará caos en Tulcán”, previene este comerciante, quien está inquieto por lo que va a pasar con los controles de los más de 87 pasos informales que son utilizados tras el cierre de Rumichaca.

“Las trochas se convirtieron en escuelas de aprendizaje de la delincuencia, aumentando no solo el contrabando, sino el narcotráfico, trata de personas, tráfico de armas, extorsiones y asaltos, fortaleciendo organizaciones delictivas transnacionales que ahora operan en estos sitios.

Pozo indica que se debe informar cómo será la reapertura y reconoce que los pequeños comerciantes no están preparados ni han recibido la capacitación para formalizar el comercio que realizan entre los dos países. Cree que las autoridades aduaneras incumplen los convenios binacionales de comercio.

Pozo plantea en un comienzo la creación de un corredor peatonal comercial, donde los pequeños comerciantes presentarán previamente el certificado de vacunación, legalizando así además el ingreso de mercancías para que no produzca un impacto negativo a Tulcán.

Luis Fernando Villota, alcalde de Ipiales, manifiesta que ahora esperan las recomendaciones de los ministerios de Salud y Defensa. Anuncia que la articulación de los equipos de investigación colombianos garantizarán la seguridad en la frontera.

No obstante, las cifras de la Policía de Ipiales muestran que las muertes violentas, extorsiones, tráfico de personas y vacunas se incrementaron en este año, lideradas por organizaciones criminales que tienen predominio en los pasos fronterizos, en territorio colombiano. (I)

Tomado de El Universo – Foto: El Universo

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