Inseguridad: Autoridades salientes no pudieron recuperar al icónico sector de la «Estación del Ferrocarril». Entre los principales desafíos para las nuevas autoridades.

“La Estación del Ferrocarril”, sector icónico de Riobamba, muy conocido por propios y extraños, ha sido un gran símbolo de la ciudad, no sólo por su céntrica ubicación, que lo llevó a ser punto de referencia para quienes visitan y recorren la urbe, sino también porque en este tradicional lugar se han desarrollado grandes hechos históricos, económicos, sociales y culturales.

El arribo de trenes y autoferros desde el siglo pasado y hasta hace poco, significaba la llegada de turistas nacionales y extranjeros, mercadería, productos de otras zonas del país y al mismo tiempo permitía la salida de productos del centro del país hacia otras ciudades.

La Estación del Ferrocarril y la plaza Eloy Alfaro han sido lugares para la realización de presentaciones culturales, actividades recreacionales, ferias productivas e inclusive mítines políticos. Sitio de encuentro de ciudadanos, para luego trasladarse a otros lugares de la ciudad. Punto estratégico para la llegada de turistas, desde donde se dirigían a otros lugares de la ciudad y provincia, sea en el mismo tren (antes de que la incompetencia lo dejará sin operación) o por carretera.

La Estación del Ferrocarril se articula muy bien con la Avenida Daniel León Borja y la calle 10 de Agosto, para convertirse en el escenario de paso de desfiles, pases del Niño, expresiones culturales de diversas instituciones, pregones, marchas y en fin, todo tipo de expresión ciudadana.

Sin embargo, en los últimos tiempos, este importante lugar de la urbe ha caído totalmente en manos de la inseguridad ante la inoperancia de las autoridades locales y nacionales. La prostitución se banderea en los cuatro costados de la plaza ante la vista de todos quienes circulan por el sector, adultos y menores de edad. Según los moradores del sector, el microtráfico de drogas es constante en la zona, los compradores hacen el contacto en la misma plaza o en las calles vecinas. Quienes viven en el sector también señalan que estas actividades son manejadas por grupos de antisociales que se encuentran en la zona, atentos a todo lo que sucede, usando como “sedes” a pequeños “hoteluchos” del sector, cuyos propietarios permitirían que esto suceda. Esto que señalan los ciudadanos es ya muy conocido por la ciudad y en especial por sus autoridades. Los grupos ciudadanos han expreso su preocupación de manera permanente, inclusive en reuniones mantenidas con los entes responsables del desarrollo de la ciudad y de velar por su seguridad.

Obviamente, toda la inseguridad que campea en el sector genera sus efectos negativos. Ante el permanente riesgo de ser víctimas de la delincuencia, la zona se ha visto afectada tanto en sus actividades sociales como económicas. Quienes mantienen sus negocios en el sector así lo han expresado siempre, pero cada vez hay menos eco de quienes están llamados a brindar seguridad; inclusive, los chats comunitarios, creados en su momento por parte de elementos de la Policía Nacional para atender emergencias, habrían sido abandonados por los uniformados y han quedado únicamente integrados por ciudadanos que viven la inseguridad.

Uno de los claros ejemplos de los efectos de esta inoperancia de autoridades e insuficiente accionar de los elementos responsables de la seguridad es la Plaza Artesanal que opera en el interior de la plaza. En la imagen superior se puede ver como luce ahora lo que antes fue un punto muy dinámico para la generación de negocios de artesanos y pequeños emprendedores; hoy la parte externa está casi vacía. Quienes tenían antes sus actividades ahí señalaron que tuvieron que cerrar porque en la misma puerta de ingreso a esta área se paraban día y noche las trabajadoras sexuales y quienes las “cuidan” (lucran de ellas) y ninguna autoridad hizo algo al respecto.

Las autoridades de la ciudad, que están terminando su período de funciones y serán reemplazadas después del proceso eleccionario que se cumple hoy, se van con esta «GRAN DEUDA» hacia la ciudad, no pudieron erradicar este foco de inseguridad, al contrario, resultaron permisivos para que este ícono sea tomado por la delincuencia; así los recordaremos. También comparten esta «GRAN DEUDA» las autoridades provinciales, si bien podrían argumentar que no son sus competencias directas, pudieron generar actividades turísticas y productivas para dar otra dinámica al sector, esas si son sus competencias. Gobernación y Policía Nacional también tienen su importante parte en esto, pero tal vez la ventaja a su favor es que no se van y tienen la histórica posibilidad y obligación de recuperar la zona para la ciudadanía

Los ciudadanos que hoy serán elegidos para alcalde, concejales y prefecto asumen sus funciones con varios desafíos hacia toda la ciudad, incluyendo la obligación de recuperar este icónico lugar por el bien de la ciudad Sultana de los Andes.

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