Estudiante cuenta el drama de cruzar la frontera de Ucrania
Luego de viajes en tren, vehículos privados y una caminata de 7 a 8 horas, en medio de un clima implacable, lograron llegar a la frontera con Polonia.
Camilo Lascano, estudiante ecuatoriano retornado de Ucrania, detalló que cuando estalló el conflicto bélico en ese país, él llevaba apenas 5 meses en la ciudad de Vinnytsia estudiando el idioma para luego incorporarse a la carrera de aviación en la Universidad.
“Un jueves en la madrugada nos alertaron que el Presidente de Rusia dio la orden de atacar a Ucrania, al principio no lo tomamos de manera grave, pensamos que solo sería en frontera, pero horas más tarde sonaron alarmas de alerta, para nosotros era una nueva experiencia, era la primera vez que pasábamos por eso”.
Indicó que cerca de las 08:00 la ciudad empezó a colapsar, pues los bancos, supermercados y cajeros se llenaron con largas filas; de ahí que junto con sus otros 19 compañeros con los que compartía piso se dividieron para adquirir recursos básicos.
Él y otro joven fueron hasta un cajero cuya fila superaba las 200 personas, pese a ellos lograron sacar dinero y en su regreso al departamento vieron pasar tres misiles por el cielo, mismos que estallaron en la base militar, cerca de donde vivían, fue ahí cuando decidieron salir.
“El viernes nos mantuvimos en un bunker, ese día no dormimos casi nada, pasamos más de siete veces en el bunker porque las alarmas sonaban cada una o dos horas, nos turnábamos para mantenernos despiertos en espera de que suenen las alarmas. Vivíamos en un noveno piso”.
Ya el sábado en la mañana tuvieron dificultades para salir, pues el arrendatario se los impedía por temor a que se lleven libros o dejen el piso sucio, tras lo cual tuvo que intervenir otro ucraniano, encargado del programa de estudios, por el cual él y los otros ecuatorianos viajaron: “Él le explicó la gravedad de la situación y ahí nos dejaron salir, nos pidieron dejar todo y que solo llevemos una pequeña maleta, él nos alquiló un bus de la residencia a la estación de trenes”.
Mencionó que en la estación tomaron un tren humanitario que los llevó hasta Lviv donde las cosas se pusieron más críticas: “Llegamos cerca de las 16:00 y nos dieron información de que nos encontraríamos con alguien de Cancillería, estuvimos esperando pero no encontramos a nadie, más que a otros ecuatorianos”.
Explicó que el tren estaba previsto que llegue a las 23:00 y a medida que pasaban las horas, arribaba más gente al lugar entre ucranianos, ecuatorianos y africanos, por lo que a la llegada del transporte ya se encontraban cerca de mil personas en la estación: “No había controles, nosotros abrimos espacio y dejamos que entren mujeres de nuestro grupo, porque se supone que solo llevaban mujeres y niños, pero los africanos estaban agresivos pegaron a mujeres y niños por intentar subir al tren”.
Contó que de los 22 ecuatorianos solo quedaron 11 hombres, quienes no tuvieron más opción que esperar a la llegada de otro tren en medio del frío de la noche (con -8 grados de temperatura) y el miedo cada que sonaban las alarmas.
“Llegó un tren pequeño por lo que vimos y dijimos que no entramos y así salimos de la estación”.
Afirmó que al día siguiente la Cancillería les informó que había un punto de encuentro en la Universidad Politécnica de Lviv, a 15 minutos caminando del lugar, pero, dijo, no encontraron mayor información, solo otro grupo de ecuatorianos que tenía contactos y les dieron la opción de ir en carros particulares a un pueblo cerca de la frontera, donde podrían tomar un bus.
Al ser consultado en qué momento se pusieron en contacto con Cancillería, Lascano recordó que ese encuentro fue en Polonia, ahí los llevaron a un refugio con otros ecuatorianos: “Pero en el trayecto de salir de Ucrania, no tuvimos más que llamadas y mensajes para preguntarnos dónde estábamos y con quién estábamos”.
Dijo estar agradecido de poder estar en Ecuador, aunque entristecido lamentó no poder estudiar su carrera en Europa, pese a ello aseguró que no abandonaría su sueño y más bien mencionó que intentaría viajar a Estados Unidos para en un primer momento trabajar y devolverles a sus padres lo que gastaron para ir a Ucrania y posteriormente iniciar sus estudios en aviación.
Tomado de Pichincha Comunicaciones – Foto: Pichincha Comunicaciones