Día Internacional de la Alfabetización: leer, escribir y navegar con dignidad

En un mundo donde la palabra escrita sigue siendo llave de acceso al conocimiento, la ciudadanía y la dignidad, hoy se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización, instaurado por la UNESCO en 1965 como un llamado global a garantizar el derecho básico de todas las personas a leer y escribir.

Este año, la celebración se realiza bajo el lema: “Promover la alfabetización en la era digital”, reconociendo que en el siglo XXI no basta con decodificar letras: es necesario también comprender, comunicar y protegerse en entornos digitales.

Realidades que interpelan

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en Ecuador 472.228 personas mayores de 15 años no saben leer ni escribir, lo que representa el 3,7 % de la población. Aunque esta cifra ha disminuido desde 2010, las desigualdades persisten:

  • El 66 % de las personas analfabetas vive en zonas rurales
  • El 77 % tiene más de 50 años
  • Más de 22 mil jóvenes entre 15 y 29 años aún no han logrado alfabetizarse

Desde una perspectiva étnica, también se observan brechas: el analfabetismo en población indígena bajó del 20,4 % al 11,9 %, y en la montuvia del 12,9 % al 8,4 % entre los censos de 2010 y 2022.

Alfabetización digital: el nuevo umbral

La ONU ha ampliado el concepto de alfabetización para incluir la alfabetización digital, entendida como la capacidad de comprender y usar tecnologías de información de manera segura y crítica. Esta nueva frontera exige habilidades como:

  • Identificar información confiable
  • Proteger contraseñas y datos personales
  • Reconocer mensajes falsos o manipulados
  • Participar activamente en entornos digitales

En zonas rurales como El Retiro, proyectos comunitarios liderados por docentes como Lizzette Lazo han demostrado que la alfabetización digital puede empoderar a jóvenes y adultos, incluso en contextos de baja conectividad.

Alfabetizar es un acto de justicia

La alfabetización no es solo una herramienta técnica: es una forma de liberación, de reconocimiento y de participación plena. Como señala la UNESCO, “quien no domina la lectura y la escritura queda doblemente excluido: de la cultura escrita tradicional y del universo digital”.

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