Porqué somos así?
Por: Germán Flor Cevallos
El formidable ciclista ecuatoriano cruza la meta más difícil de su especialidad. Lo hace primero, con más de un minuto de ventaja respecto a una tropa implacable de perseguidores formada por los mejores ciclistas del mundo. Ha sido el ganador, el más fuerte, el más valiente. Ha llegado al Olimpo de los elegidos y bien merecido se lo tiene…!
A partir de ese momento mágico, los ciudadanos de su pequeño país de origen nos alegramos como si nosotros mismos hubiésemos corrido esas 6 horas infernales en Japón; somos una fiesta, sacamos lo mejor de nosotros: amamos a nuestros vecinos, lloramos escuchando el Himno, todos somos Richard Carapaz.
Pero sólo hace falta que la euforia se enfríe un poquito para recuperar las inútiles rencillas que llevamos a flor de piel. Algunas personas de reacción rápida postean «que nadie se suba a la bicicleta de Carapaz», quizá porque consideran que solamente ellos tienen ese derecho. Otros aprovechan para atizar el fuego de las diferencias políticas y critican a anteriores gobernantes o al actual, no pierden la ocasión para mencionar la lucha de clases o las ventajas del liberalismo. ¿Porqué somos así?.
La mayoría quedamos como silenciosos espectadores, preguntándonos que hay de malo en sentir que somos parte de la victoria, al menos por haber nacido a decenas o centenas de kilómetros de donde nació el héroe del momento. Que al menos sirvan para eso los decadentes chauvinismos patrióticos que generalmente hacen más mal que bien..!Y también nos preguntamos si es necesario analizar el pedigrí del atleta. Recordemos que somos el país de Alberto Spencer, Jorge Delgado, Andrés Gómez, Nicolás Lapentti, Alex Aguinaga, Rolando Vera, Jefferson Pérez, Antonio Valencia, Glenda Morejón y otros tantos atletas a quienes hemos festejado sus triunfos sin analizar su árbol genealógico.
¿Todos somos Richard Carapaz? Para nada… Solamente él y nadie más lo es. Quizá un poquito sus padres, su familia y algunos amigos que formaron su carácter. Los demás somos sus vecinos geográficos, 17 millones de vecinos que tenemos el derecho de estar contentos y la obligación de hacer algo para que el ejemplo de Carapaz se multiplique y que pronto existan muchos como él.
GFC.