Los aspirantes a policías costearán sus camas, colchones y alimentación

Ingreso de aspirantes a policias a la Escuela Jose Emilio Castillo Solis, en Tambillo. Se trata del nuevo grupo que será instruido en los próximos seis meses. Foto: Carlos Noriega/ EL COMERCIO

Fernando Medina. Redactor (I)
Cada aspirante deberá llevará su propia cama, colchón y armario. Los uniformes también serán costeados por ellos mismos. Pero eso no es todo, la alimentación durante toda el periodo de su capacitación es otro rubro que saldrá de los bolsillos de los futuros policías del Ecuador.

El Estado no ha otorgado los fondos necesarios para todo ese equipamiento, pese a que se ha comprometido en reforzar a la institución policial. Ese ha sido el anuncio reiterado del presidente Guillermo Lasso, quien confía graduar a 30 000 nuevos agentes hasta 2025, año en que termina su mandato.

Pero esa meta del Presidente ha puesto en aprietos a la Policía Nacional. Para lograrlo ha tenido que modificar toda la formación de los nuevos agentes. Entre los cambios más drásticos que tomaron fue reducir de dos años a seis meses el periodo de formación.

¿Cómo lo hicieron?
EL COMERCIO habló con el director de Educación de la Policía, Marcelo López. El oficial confirmó que tuvieron que reducir al mínimo las horas establecidas por el Reglamento y la Ley de Educación. Antes, en cambio, se graduaban con el máximo establecido por las normas educativas vigentes.

También confirmó que los nuevos aspirantes deberán incurrir en los gastos para el equipamiento de dormitorios y su alimentación.

López asegura que esto se debe a que el Código Orgánico de Entidades de Seguridad Ciudadana y Orden Público (Coescop) no reconoce a los aspirantes como parte de la estructura orgánica de la Policía y los considera civiles en formación. “Eso genera que no tengan derechos, ni obligaciones como un policía”, dice el oficial.

Presupuesto para formación
Es así que desde el lunes 31 de octubre, 6 286 nuevos aspirantes a policías iniciarán un nuevo proceso de formación. Ese total se divide en 5 137 hombres y 1 149 mujeres. Ellos fueron elegidos durante cuatro meses. A ese grupo se sumarán cerca de otros 1 000 aspirantes con profesión, pero ese grupo está en la fase final de selección.

Sin embargo, para todos ellos el Gobierno ha dispuesto dos partidas presupuestarias que suman un total de USD 556 541. Ese dinero se utilizará para cubrir los servicios básicos de las escuelas de formación y material de oficina, como computadoras, copiadoras, pupitres, pizarras, etc.

Por la falta de recursos, los otros gastos deberán ser asumidos por los mismos aspirantes. Uno de los costos más complejos de cubrir es la alimentación diaria.

Convenio de alimentación
La Policía asegura que ha diseñado un plan para invitar a las empresas proveedoras de comida para que abastezcan a los aspirantes.

Pero aclaran que ellos no firmarán ningún contrato con dichas empresas. Tampoco se harán cargo de los pagos económicos.

La función que tendrá la institución será facilitar que las empresas se pongan de acuerdo con los aspirantes, para que ellos contraten el servicio de alimentación. “Al final será un acuerdo entre privados”, dice el director de educación.

El oficial explica que las empresas proveedoras de alimentos serán locales y que dos representantes de los aspirantes serán parte de las negociaciones. Esta metodología, que no se ha realizado nunca antes en la historia de la Policía, se aplicará en todas las escuelas de formación a nivel nacional.

Tampoco se ha visto que los mismos aspirantes lleven sus camas y colchones. En las Fuerzas Armadas tampoco hay registros de estas metodologías. Los militares incluso abastecen de uniformes, comida y dormitorios a los ciudadanos que cursan el servicio militar por un año. La última convocatoria del acuartelamiento fue de 5 000 jóvenes en todo el país. Las FF.AA. también les otorgan una compensación económica para lavandería y refrigerios o consumos en el bar.

Pero la Policía dice que no hay recursos y defiende estos nuevos procesos. Lo que sí señalan es que antes se les proporcionaban las camas y colchones a los futuros policías, pero con el paso del tiempo esos enseres se han deteriorado hasta quedar inutilizables.

La institución se compromete a que una vez que culmine el entrenamiento y se gradúen los aspirantes podrán llevarse sus pertenencias nuevamente a sus casas.

Tomado de El Comercio – Foto: El Comercio

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