Institucionalidad a la deriva

Por: Fredy Loza Gallegos
fredyloz@gmail.com
La crisis política que atraviesa el Ecuador evidencia la mediocridad de los movimientos políticos y de sus integrantes. Sus intereses responden a intereses particulares y no para la sociedad en la búsqueda de un bien común para mejorar las condiciones de vida. La mayor parte de las élites de los movimientos políticos procuran el enriquecimiento personal; los pocos movimientos con estructura doctrinaria demuestran un alto grado de candidez por la bisoñez denotada a la hora de actuar, parecería que reman en sentido contrario. Los grupos mafiosos y los que actúan de forma similar se encuentran parapetados y enquistados en varios movimientos políticos como se va demostrando cuando se descubre los actos de corrupción. Es de tal magnitud la podredumbre moral y ética que han contaminado a casi todos los estamentos de la institucionalidad del estado incluidas las fuerzas del orden, el poder judicial, organismos de control, etc. Etc. Los funcionarios honestos que integran la institucionalidad se ven desbordados por la desfachatez de los corruptos que buscan controlar la organización del estado. Hoy en el país se ha descabezado a la función legislativa y judicial con pretextos peregrinos y desbordando toda normativa jurídica. Ya sucedió con el Consejo de participación ciudadana, La Contraloría, Las superintendencias de Bancos y de Compañías. Esto responde a un caos institucional que se ha generado por élites corruptas igual que la inseguridad ciudadana, lo mismo que las amenazas de protestas sociales que solo buscan caotizar y destruir la estructura del estado. Despertemos de este letargo social y rechacemos a los corruptos desde nuestro entorno. Sino seremos parte cómplice de lo que nos sucede.