Hay tres posibles rutas para focalizar el subsidio de los combustibles

Desde que el subsidio a los combustibles se estableció en 1974, favorece a los sectores de mayores recursos y no a los más pobres. Foto: Vicente Costales / El Comercio

Lucía Vásconez. Redactora (I)
En la primera de las 10 mesas de diálogo entre el Gobierno y los indígenas se tratará la focalización del subsidio de los combustibles. Este tema lo liderará el nuevo ministro de Transporte y Obras Públicas (Mtop), Darío Herrera, pero aún no se conoce qué propuesta planteará.

María Caridad Ortiz, directora de investigación de Grupo Faro, recordó que esta ayuda fue implementada en 1974, durante el primer boom petrolero. Pero ya en 1988 se registró la primera recomendación para eliminarlo.
Un estudio del Banco Mundial del 2019 revela que los subsidios de los combustibles en el Ecuador representan dos tercios del déficit fiscal de cada año.

Sin embargo, los posibles efectos de su retiro en los hogares vulnerables pueden dificultar una próxima reforma. “La experiencia internacional muestra que la eliminación de los subsidios energéticos puede ser políticamente difícil”, reconoce ese estudio.

Según los cálculos del Ministerio de Finanzas, el subsidio a los combustibles este 2022 llegaría a USD 3 158 millones; este monto abarca todos los carburantes subsidiados. Entre los principales están: el diésel, las gasolinas extra y ecopaís, y el gas de uso doméstico.

El subsidio generalizado que tiene el país beneficia en mayor proporción a los hogares con más recursos económicos. El 73% del monto destinado para esta ayuda llega a los hogares de las clases alta y media alta, según el Grupo Faro.
Por ello, el reto en la focalización de los combustibles ahora está en que los recursos lleguen a los hogares que realmente lo necesitan.

En este contexto, David Castellanos, analista económico, cree que la focalización se debe hacer lo antes posible. Agregó que se cuenta con estudios realizados con apoyo de entidades como el Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

En el Ecuador se han discutido, al menos, tres tipos de mecanismos, los que podrían implementarse a partir de los diálogos Gobierno-indígenas.

Ayuda directa para los más pobres
Los índices de pobreza y pobreza extrema del país  muestran que es necesario que la ayuda estatal se enfoque en las personas con menos recursos y no en las de más ingresos, como sucede con el subsidio a los combustibles. La ayuda estatal sería a través de un sistema de compensación mediante bonos sociales.

Según el BID, si se eliminaran todos los subsidios a los combustibles y se incrementara el Bono de Desarrollo Humano (BDH) en USD 46 por mes, el ingreso neto de las personas más pobres del país aumentaría en un 9% y el déficit fiscal bajaría en USD 1 300 millones.

En junio de 2022, 1,2 millones de madres en situación de pobreza, adultos mayores y personas con discapacidad se benefician de este tipo de apoyos estatales con una inversión de más de USD 1 250 millones anuales. Con la propuesta de incrementarlo, al año se gastaría un adicional de USD 660 millones, aproximadamente.

Localización por tipo de combustible
La ayuda estatal dependería del producto (gasolina, diésel, GLP) y el segmento destinatario. Por ejemplo, el subsidio al diésel se destinaría al transporte de personas, productos y otras actividades productivas.

Actualmente, ya hay un tipo de focalización para los sectores camaronero, pesquero atunero, pesca artesanal, entre otros. La propuesta es que se amplíe a más sectores que necesiten de la subvención. Por ejemplo, el sector agrícola, señaló Oswaldo Erazo, secretario de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados del petróleo (Camddepe).

Herry Llanes, experto en temas hidrocarburíferos, propone el uso de herramientas de inteligencia artificial en el despacho y movimiento de productos desde las 14 terminales que tiene Petroecuador. “Se podrían implementar estaciones de servicio en zonas andina agrícolas y campesinas, administrados por la comunidad con cupos específicos”, señala.

Subsidios direccionados

Una forma en que se aconseja subsidiar el precio del diésel es mediante el uso tarjetas para servicio de transporte urbano e interprovincial, por ejemplo. Con estas herramientas, una parte de la tarifa la paga el usuario y otra porción el Estado.

Otra opción sería la entrega de cupones o vales a hogares vulnerables. Pero esto requiere la implementación de un sistema que sea resistente al fraude y que mantenga la accesibilidad para los beneficiarios, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Otra forma sería la señalada por el ministro de Energía, Xavier Vera Grunauer, con la que se establecería cupos de combustibles para los transportistas a través de tarjeta o placas. Esta posibilidad tendría como base un estudio del Banco Mundial, dijo el funcionario. Añadió que esa Cartera de Estado viene trabajando en una forma de focalización desde hace varios meses, cuyos detalles no reveló.

Tomado de El Comercio

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