Guillermo Lasso, sin aliados ni maniobra, tras elecciones 2023
Daniel Romero
Guillermo Lasso abrió todos los frentes posibles a meses de cumplir su segundo año de gestión. Su principal apuesta para tener oxígeno fue el Referéndum pero lo perdió. El Gobierno en crisis, sin respaldos, capital político y problemas en el Gabinete, aún no tiene indicadores sobre el rumbo que tomará para sortear la crisis.
Antecedentes que llevaron a Gobierno a la crisis
La primera disputa que tuvo que enfrentar el Gobierno, incluso antes de su posesión, fue la ruptura con el Partido Social Cristiano (PSC). La alianza que lo llevó a Carondelet se terminó cuando el PSC no obtuvo los votos para poner como presidente de la Asamblea a Henry Kronfle. La coalición que formó con Pachakutik y la Izquierda Democrática tampoco duró.
Las primeras denuncias sobre posible corrupción involucraron a Juan José Pons, uno de los asesores Ad Honorem de Lasso. Después de eso, el Gobierno tuvo que eliminar esa figura y, perfiles como el de Aparicio Caicedo, se sumaron al Gabinete. El mismo Caicedo estuvo envuelto en un escándalo en el que se lo acusó de intervenir en las decisiones del Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs).
También enfrentó un paro de 11 días encabezado por el movimiento indígena. Hasta hoy, según ese sector, no hay resultados de las mesas de diálogo. Además, la Asamblea ya intentó destituirlo una vez.
El último caso incluye una denuncia de supuesta corrupción en el sector estratégico. Ante la denuncia del portal La Posta, el Ejecutivo primero minimizó el hecho para después buscar a los responsables. Con todo esto encima, el Gobierno buscó oxígeno en la Consulta Popular.
Un Gobierno en crisis y sin respaldos
El lunes pasado, Guillermo Lasso reconoció la derrota en la Consulta Popular. Acto seguido convocó a los líderes de las diferentes organizaciones políticas y sociales a un acuerdo nacional. Desde entonces no ha recibido una respuesta positiva de ningún sector.
Por el contrario, la oposición ha tomado esa invitación como una oportunidad para reafirmarse. Hoy, miércoles 8 de febrero del 2022, Leonidas Iza, dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) dijo que, tras los resultados de las mesas de diálogo, no serán parte de ningún acuerdo.
La Izquierda Democrática, en un comunicado emitido por la bancada de la Asamblea, también rechazó la invitación ya que el Ejecutivo ha demostrados que “no puede liderar diálogo alguno”. En similar sentido se pronunció el Partido Social Cristiano (PSC). Así, el Gobierno en crisis sin respaldo, complica cualquier alianza.
El escenario es aún más complicado ya que en la misma Asamblea, principal foco de oposición, ya hay voces que piden que se adelanten las elecciones. En El Legislativo también está en curso el proceso de fiscalización por el denominado caso Encuentro.
Para la catedrática universitaria, Caroline Ávila, los apoyos que puede encontrar el Ejecutivo son cada vez menores. “Socios políticos ya no le quedan”, señala. La alternativa podría ser buscar el eco en los medios tradicionales, las cámaras y los gremios de la producción. Cree que también apelará a las fuerzas del orden ya que sí ha demostrado apoyar a la Policía, por ejemplo.
Cambios en el Gabinete
Los cambios en Carondelet son cuestión de tiempo. Fuentes al interior del Palacio confirmaron que habrá reformas en el Gabinete. El movimiento del que más se ha hablado es del ministro de Gobierno, Francisco Jiménez.
Hasta las 12:00 de hoy, todavía no se anunciaba ningún cambio. Ayer, martes 7 de febrero del 2023, el Ministro de Gobierno dijo que es normal que cuando hay elecciones se analicen cambios porque el tablero se mueve. Pero insistió en que la última la palabra la tiene el Presidente.
Para el politólogo Daniel Crespo, una muestra de transformación era el pedido de renuncia de todos sus ministros. Representa una medida simbólica sobre la voluntad de tomar una nueva ruta.
Después de eso, el Gobierno está obligado a mover las prioridades de su agenda. Para Crespo, el énfasis debe estar en lo social, seguridad y también en infraestructura. Esto último también ha sido un punto débil del Ejecutivo.
Finalmente, Crespo considera que es necesario un cambio en la política de comunicación. La Secretaría de esa rama, por ejemplo, ha sido una de las áreas con múltiples movimientos. En poco menos de dos años, tres secretarios han pasado por ahí.
Para Ávila, la situación del Gobierno en crisis y sin respaldos es compleja. Una opción sería el buscar cuadros por fuera del movimiento Creo. “Las ofertas podrán hacerse, no estoy segura si los partidos querrán acogerlas en este momento, sin embargo, es un escenario que se puede explorar”.
Tomado de El Comercio – Foto: El Comercio