Desempleo e informalidad laboral empujan a millones de ecuatorianos a sobrevivir, sin esperanza
Los rostros del desempleo y subempleo rondan por calles del Centro de Quito. Entre desempleados y quienes perciben menos del salario mínimo existen 4 350 804 ecuatorianos, según el INEC.
Punto Noticias.- Los días para Freddy Vásconez se han vuelto decadentes. Cada mañana sale a ganarse el pan del día, ayudando a algún vecino a retirar los escombros o vigilando, por unas horas, los autos estacionados en calle Mejía, en el centro de Quito.
Freddy, desolado, dice que sobrevive con lo mínimo, «arrimado» en casa de unos tíos. “Voy tres años sin conseguir trabajo. Antes estaba en un local de textiles. Yo sé estampar. Ahí estuve hasta que empezó la pandemia. Luego ya pasó eso, me despidieron y no he podido conseguir nada”.
El cuerpo y el rostro de Freddy se han vuelto huesudos, mostrando una imagen de hambre y desnutrición. En ese cuerpo decaído, sobresalen unos ojos desmotivados. “Mi familia me ayuda con lo que puede. Pero a veces se enojan y me quieren mandar de la casa. Como no tengo qué hacer y no encuentro trabajo, a veces me deprimo y me pongo a tomar trago”.
Esta historia no es única en el Ecuador de hoy. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), para mayo de 2023, hubo 223 211 personas desempleadas. Además, la tasa de desempleo se ubicó en 4,0% para las mujeres y 2,7% para los hombres.
Para Santiago García, profesor universitario y presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, esta cifra no debe ser analizada de manera aislada sino en conjunto con el empleo informal. “Esta brecha no se detiene y el ecuatoriano no entra directamente al desempleo, sino que va a la economía informal, al empleo inadecuado”.
Andrés Mideros, profesor e investigador universitario, señala que el problema pasa por la calidad del empleo, más que por la cantidad. “Los niveles de empleo inadecuado y los niveles de informalidad, que están al alza, dan cuenta de una mayor precariedad en las relaciones laborales en el Ecuador”.
Según el INEC, actualmente hay 1 559 193 personas en el subempleo. Y hay 2 526 815 en la categoría otro empleo no pleno. Los ciudadanos ubicados en estos escalafones, considerados como empleos inadecuados, son trabajadores que perciben ingresos inferiores al salario mínimo (USD 450). Es decir, entre personas desempleadas y que perciben menos del salario mínimo existen 4 350 804.
Sobrevivir en Ecuador
Caminar por la calle Chile, ubicada en el centro de Quito, es poner rostro a las cifras del INEC. Cada día, centenas de personas transitan por esta vía, de subida y bajada, vendiendo cinturones, fósforos, tinas, plásticos, protectores para celulares, café con bolones, gorras, aguas embotelladas, bolsos y un sinfín de productos.
Carlos Arteaga es uno de los comerciantes informales que intenta ganarse unas monedas en esta calle. Él es oriundo de Mocache, Los Ríos, pero desde hace nueve años vive en Quito. Arrimado a la pared izquierda del Palacio de Carondelet, acomoda unas camisetas en sus brazos, antes de seguir con su rutina.
“El negocio está malo aquí. Antes se vendía cualquier cosa, pero ahora la gente no compra. Ahora parece que somos más los vendedores que los compradores. Mire nomás, mis camisetas cuestan USD 3 y la gente pide rebaja, y como no hay cómo, se van”.
Arteaga dice que, cuando “las cosas van bien”, gana unos USD 15 al día. Pero cuando salen mal, no tiene para comer. “Por suerte conseguí un cuarto que pagó USD 40 al mes. Es en una casa antigua, en La Colmena. Ahí tenemos un baño compartido, para todos los que vivimos en esa casa. Yo quisiera vivir en otro lugar, algo mejor, pero no alcanza”.
Esta situación por la que pasa este vendedor informal se volvió común en millones de familias que se encuentran en el desempleo o el empleo inadecuado. El economista García señala que, cuando los ingresos de los ecuatorianos son bajos, se ocasionan limitaciones en las condiciones de vida. “Hace que la masa de ecuatorianos tengan que vivir al día”. Lo que ocasiona problemas de desnutrición infantil, pobreza y falta de ahorro para invertir.
Repercusiones
Andrés Mideros señala que en Ecuador existen falencias que agravan el problema. Hay “ausencia absoluta” de política activa de empleo. Hay ausencia de control en las relaciones laborales, por parte del Ministerio del Trabajo. Y no existe una política productiva que evidencie que se quiera reactivar la economía.
Las consecuencias directas de este incremento de empleo inadecuado y desempleo, dice, es tener hogares que no cubren sus necesidades básicas y caen en situaciones precarias de pobreza y pobreza extrema. “Hay pérdida de bienestar y se afecta la vulnerabilidad de los hogares”.
Entre los efectos a mediano plazo, está el deterioro de la capacidad de acceder a salud, de comprar medicinas, de que los niños estudien y los jóvenes ingresen a la universidad. Al no poder cubrir los costos de estas actividades, la gente opta por “estrategias de supervivencia de corto plazo”.
El economista Mideros agrega que, ante este panorama, muchas de estas personas pueden decidirse a actuar fuera de la ley, por temas de supervivencia. “Recordemos que el crimen organizado encuentra su base en la gente sin oportunidades, que termina entrando en este tipo de actividades y luego es muy difícil salir de ellas”.